Estamos en plenas Fallas, fiestas valencianas de renombre internacional, el color, olor, clima, la maravillosa indumentaria, el ruido, los monumentos, los buñuelos, los ninots…. es imposible ser indiferentes a su grandiosidad.
Lo más representativo de las mismas son los monumentos llamados Fallas, con sus ninots, con ironía, los personajes nos «narran» escenas de la real irrealidad. Los ninots, grotescos y divertidos, resaltan y exageran los rasgos para escenificar críticas de la vida cotidiana, ó bien los dulcifican para resaltar la belleza y hermosura.
En estética, cuando queremos resaltar un rasgo ( aumentar un labio ó el pecho, rellenar pómulos, arrugas.. ) si se exagera ó se sobrepasa, pude acabar deformando las facciones, podemos convertirnos en ninots de falla vivientes. Por eso, es importante mejorar y resaltar, de manera discreta, las facciones de la cara, para seguir siendo una hermosa persona y no un «grotesco ninot»