Hay diferentes materiales y formas de los conocidos como “Hilos”: reabsorbibles o no, con anclajes o no, con inserción muscular o no… Cada profesional elige, en función del paciente, del grado de corrección y del resultado, el más indicado para cada uno.
Cuando hablamos de “efecto lifting” , se viene a la mente la imagen de un estiramiento que llega a desdibujar la boca y que queda con efecto “cara de velocidad”. Nada más lejos de la realidad. Lo que pretendemos es mejorar unas facciones que, con el tiempo y la fuerza de la gravedad, van “resbalando” y cayendo, lo que conseguimos es reposicionarlas en su sitio.
La última novedad son los mini-hilos de Polidioxanona (PDO), que, con mínima incisión en la piel, permiten “diseñar” el efecto tensor según las zonas a tratar, y conseguir, una elevación de los rasgos. La Polidioxanona es un material ampliamente utilizado en cirugía cardíaca y oftalmológica, reabsorbible y muy seguro.
Se trata de una técnica mínimamente invasiva (se utilizan microagujas para su inserción), muy cómoda, sin periodo de recuperación y natural, que está dando unos resultados muy buenos, especialmente en pacientes entre 35-55 años, con una flacidez incipiente pero evidente. Podemos tratar zonas pequeñas como arrugas supralabiales (para “distenderlas”), patas de gallo, elevación del ángulo de las cejas… como armonizar el óvalo facial, pómulos, cuello.. y mejorar zonas rebeldes como brazos, cara interna de piernas, abdomen, rodillas..
Pero más allá del efecto mecánico de tracción de los hilos, es la estimulación de colágeno y elastina, que va a englobar ese hilo, como un molde, creando una red subdérmica de soporte, con lo que el efecto también es de mejora de la calidad de la piel. Es como tener una tela de araña que aguanta nuestra piel para que no se hunda.
Son completamente compatibles con cualquier otra técnica estética, y el resultado se prolonga año y medio aproximadamente. Es una novedosa técnica que permite resultados inmediatos y satisfactorios.